jueves, 12 de abril de 2012

E-music / i-music

La tecnología ha modernizado casi todo lo imaginable, se creía que en el año 2000 ya habrían coches voladores, a sólo 14 años de empezados, para 2014, se pretende vender el primero de ellos, a solo 14 años!!! Y si nos ponemos a ver cuánto ha pasado desde que la tecnología tomó un papel importante, esta misma ha avanzado a lo que conocemos en tan solo 50 años.

La música no ha sido excluida de la tecnología, ésta también se ha enfocado en mejorar lo ya hecho a nivel de programación, producción musical, efectos e instrumentos, incluso en el diseño de escenarios para conciertos. La tecnología le ha dado un “boom” a la música.

Luces de neón, guitarras siamesas, instrumentos híbridos, guitarras robóticas, keyboards que van más allá de ser solo controladores midi, el telarmonio, el órgano Hammond, el theremin o el sintetizador de sonido, interfaces para PC, secuenciadores, placas de expansión, grabadoras portátiles, estaciones de trabajo de audio digital como el pro tools, secuenciadores y editores de música como Cubase, Logic, Sonar, Tracktion2, FL studio o el Sony ACID Pro 7, son herramientas para todo y para todos, casi cualquier persona puede hacer música.

Solo que en este mundo tecnológico, la música está pagando un precio, recientemente la música más popular suena a algo creado por ordenadores, si alguien no sabe cantar, el ordenador puede “corregir” ese problema, y una persona puede sentarse frente al mismo, juntar sonidos y lograr una pieza musical, casi, de la nada.

No es malo el uso de la tecnología en la música, es que la tecnología, no debe ser un sustituto a la hora de crear música. El ejercicio musical necesita de imperfecciones y sonidos orgánicos, creados por manos humanas, los músicos o el músico que se encierra con su instrumento a lograr una melodía, unos acordes y una letra dentro de los acordes, crea música, no necesariamente perfecta, pero muy cercana a ello.

La cualidad orgánica de la música, la dificultad de desarrollar una armonía para cada uno de los instrumentos y ensamblarlos, el ejercicio de repetición tras repetición, corrección, adaptación y nueva repetición, hace lento el proceso, pero le da una plusvalía, te hace saber de dónde viene y hacia dónde lo puedes llevar, el ordenador pondrá a tiempo cada nota que le mandes o transformará ese conjunto de sonidos a la armonía que necesitas, y sirve muy bien, pero no es orgánico, no viene de ti, no fue creado por ti, en ese momento, queda como un retintín, un vacío musical que hace que muchas de esas canciones sean canciones kleenex, de úsese y tírese.

Tenemos un género dedicado a la música de ordenador (electrónica) con grandes exponentes, que por fuerza se han convertido en creadores de música: Daft Punk, Armin Van Buuren, Depeche Mode, Paul Van Dyk, Moby, Antonie Clamaran, y todos herederos de las bases que dejaron Henry ‬Pousseur, John Cage, Gordon Mumma, Karlheinz Stockhausen, Robert Moog, Jean Michael Jarre y los ordenadores CSIRAC, MUSIC V e IRCAM.

Retomo, la tecnología a la hora de hacer música, de editarla, de combinar sonidos es viable, perfecta, no así a la hora de crearla, la creación debe ser orgánica, simple, con errores y dolores de cabeza, pero modificada, audaz, increíble, fuerte y alucinante con la tecnología.

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